Te sugerimos leer la parte 1 y 2 de este texto , la
puedes encontrar dando click a los siguientes enlaces.
“El monstruo que fue al Este encontró una aldea,
allí encontró un herrero a la entrada.
-Oh, señor herrero, por favor deme su nombre- le
suplicaba.
-No pienso darte mi nombre- protestaba el
herrero.
-Si me das tu nombre, a cambio, me introduciré en
ti y te haré más fuerte.
¿En serio?- dijo- incrédulo.
-Si me vas a volver más fuerte, te daré mi
nombre.
El monstruo entró en el herrero, y así el monstruo
se convirtió en el herrero, Otto.
Otto era el hombre más fuerte de la aldea. Sin
embargo un día dijo…
¡Miradme! ¡miradme!-gritaba Otto.
¡Mirad que grande se ha hecho el monstruo en mi
interior!
.-Grush Grush, Ñam Ñam, Grumpf Grumpf, Glup-
El monstruo, que tenía mucha hambre, se comió a
Otto desde dentro, y volvió a ser un monstruo sin nombre.”
El nombre secreto , ese que como el monstruo entra
en el herrero Otto y lo hace más fuerte pero que si no lo alimentamos termina comiéndonos
desde adentro.
Todos tenemos un nombre secreto adentro, ese
pequeño monstruo que nos habita.
En algunas
culturas se utiliza un nombre secreto , que protege al sujeto de la agresión de
los demás.
Los gold o nanai en
Rusia cambian el nombre esperando cambiar el rumbo simbólico del portador.
En Japón el cambio de nombre es también un cambio de
vida.
En china repetir el nombre es una muestra de afecto como
si al nombrarlo por primera vez se hiciera referencia al sujeto y la segunda
(innecesaria porque la referencia ya se ha hecho) es el re-conocimiento.
Nosotros no elegimos nuestro nombre, pero hemos de
saber que hay un nombre secreto debajo del nuestro.
Al nombrar los padres depositas expectativas
conscientes e inconscientes (ahí está el “secreto”). El nombre secreto puede
ser ese pequeño monstruo dentro del herrero Otto.
¿Por qué el monstruo devora al herrero Otto?
Porque ha y una falla en la identificación , el
monstruo a pesar de estar adentro de Otto no es Otto.
Haz el siguiente ejercicio, mírate al espejo y repite tu nombre en voz alta, hasta que ese que te
mira en el espejo se vuelva un extraño y las palabras carezcan de sentido.
Es lo que sentimos cuando gritan “nuestro” nombre en la
calle y vemos que se refieren a otra persona.
Hay un instante de desconcierto, de enajenación de
extrañeza.
Quiz por eso nombramos, para dar un sentido de
familiaridad a lo extranjero.
Los amantes se re-nombran , porque saben el secreto.
Que nombrar es poseer.
Tú no eres tu nombre, tú no eres ese monstruo que te
hace fuerte, tú no eres la madre, el padre, el licenciado, el drogadicto, el
fulano, Luis, María, Jonathan , Otto etc. Entonces ¿Quién eres?