Se trata de pensar que pasa con el cuerpo del analista, con
lo no simbolizado en la transferencia del paciente.
El trabajo en análisis puede llegar a ser tóxico, y entonces cabe la pregunta sobre los efectos
de lo no simbolizado en la sesión, y lo que termina pagando el analista con el
cuerpo.
Habría que tomarse en serio la analogía freudiana sobre el
laboratorio pulsional.
“El psicoanalista sabe que trabaja con las fuerzas más
explosivas y que debe operar con la misma precaución y la misma conciencia que
el químico […] Pero ¿Cuándo se ha prohibido a un químico ocuparse de sustancias
explosivas indispensables a causa de su carácter peligroso?”.
Entonces el
psicoanálisis –como dice Assoun – no es ni más ni menos peligroso que su prima
la química, una manipula sustancias, otro pulsiones.
El analista también paga:
“Digamos que en el depósito de fondos de la empresa en común, el paciente no es el único con sus dificultades que pone toda la cuota. El analista también debe pagar.- Paga con palabras sin duda, si la trasmutación que sufre por la operación analítica las eleva a su efecto de interpretación.- Pero también paga con su persona, en cuanto que, diga lo que diga, la presta como soporte a los fenómenos singulares que el análisis ha descubierto en la trasferencia”
Pensamos en una tercera, paga con el cuerpo cuando no se
simboliza y el sostén de su persona queda intoxicado.
De esta manera articulamos la noción del pago del analista
que se ha intoxicado con lo psicosomático.
Entendemos lo psicosomático como los fenómenos patológicos
orgánicos o funcionales cuando su desencadenamiento y evolución son comprendidos
como la respuesta del cuerpo viviente a una situación simbólica, crítica, pero
que no ha sido tratada como tal por el
inconsciente del sujeto, lo que los distingue de los síntomas conversivos
histéricos, que son, por su parte formaciones del inconsciente. No, lo
psicosomático no es una formación del inconsciente “Si algo sugieren las
reacciones psicosomáticas como tales, es que están fuera del registro de las
construcciones neuróticas”

Lo psicosomático no es tramitable por lo simbólico y en ese
caso la interpretación pierde su eficacia. No está involucrado el significante,
no hay algo que se pueda interpretar o remitir a la historia.
Anzieu se atreve a ver en Freud a ese psicoanalista
psicosomático:
"Cuando la elaboración psíquica de un proceso inconsciente arcaico no le resulta factible a un sujeto, se puede recurrir a alguna solución bioquímica (droga, tabaco, bebida). El autoanálisis de Freud, no será nada más que una elaboración mental de la angustia depresiva. La de persecución reclamó en él una solución del segundo tipo, bioquímica."
Angustia de persecución en Freud pues su infancia está
marcada por dos muertes la de abuelo paterno, cuyo nombre lleva (Schlomo), y la
de Julius el hermanito odiado fallecido a los seis meses.
Es por esa razón que consideramos que escuchar no es un
asunto "pasivo" o "fácil". Y el analista solo tiene su propio análisis y
su supervisión para poder elaborar aquello que acontece en su diván.