¡Qué privilegio el soñar! Qué gran oportunidad para conocer, crear, colorear realidades otras, ajenas a los ojos y los actos “humanos”. Qué privilegio saber la posibilidad de una doble existencia en el mundo, en los mundos, en el mundo de los mundos
Es el acto de soñar un acto poético de creación, acto que anula la razón, que borra los límites, las prohibiciones; el cuerpo nos deja de pertenecer —si es que nos pertenece—, los ojos se multiplican, las miradas se difuminan y las formas se transforman; las verdades se revelan, el agua abunda.
Realidades dentro de realidades. Es el sueño ese viaje, ese regreso a lo desconocido, a lo reconocido: viaje sin tiempo y sin espacio; sin tiempo “límite” ni espacio para dudas. Un viaje a los viajes más remotos, remontados una y otra vez.
Qué afortunados mujeres y hombres que sueñan, qué fortuna encontrar esa entrada y escapatoria, el lugar acausal, ese lugar construido una y otra vez. Escenario que nunca cierra su telón, que no tiene que “ser”, que no tiene “deber”. Lugar y momento, allí no se tiene ni se da, sólo está ahí, sólo existe. Sus únicas huellas son recuerdos vagos, colores, voces; ¡gozosos esos otros cuerpos y esos otros ojos nuestros y de otros que en el sueño se dicen!
Imagen: Jacek Yerka
Los sueños, la realidad no sujeta a leyes, a normalidades, donde no existe la prohibición. Lugar y momento donde los deseos y las ansias danzan, celebran su existencia, se burla de la razón, de las posturas, de aquello aprendido —no siempre por propio deseo— como saludable, como normal. Los sueños que festejan, que se empapan, se tejen y se deshilan.
Quizás habría que darle lugar, habría que rescatarlos, cual si fueran viejos objetos de épocas y tiempos remotos; buscar en ellos, dejar de temerles, de ignorarles, de guardarles.
Este espacio, toma la forma de una apuesta otra, una apuesta a compartir, a desnudar, a reconocernos en nuestros sueños, a enfrentarnos y enamorarnos de ellos, de ello, de eso; eso que no se nombra, que no se sabe, que no mide, y que se escapa a la razón…
¡Deleitémonos con lo poquito que se nos permite ver!
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