En 1921 escribía Melanie Klein:
"La honestidad con los niños, una respuesta franca a todas las
preguntas y la libertad interna que esto procura, influyen profunda y
beneficiosamente en su desarrollo mental"(Klein 1921)
Klein proponía el esclarecimiento como un medio profiláctico de la
neurosis o al menos de represiones innecesarias. Esta psicoanalista (que sería
una de las mayores exponentes del psicoanálisis inglés), luchaba por una
educación en donde se esclareciera las curiosidades del niño, según el grado de madurez y el alcance de las
preguntas.
El asunto no es tan simple, pues
la forma en como sea tratada la
curiosidad infantil tendrá repercusiones en la vida adulta. De la curiosidad
puede surgir el amor hacia el conocimiento o por el contrario, su rechazo.
Según esta autora existen dos tipos específicos de perjuicios
ocasionados por un mal manejo del educador al atender las curiosas preguntas del niño. El prejuicio por
amplitud y el perjuicio por profundidad.
El prejuicio por profundidad es ocasionado por una oposición a la
curiosidad natural , al impulso de indagar lo desconocido.
Al censurar la curiosidad sobre
datos y fenómenos previamente supuestos, se reprimen las indagaciones más
profundas, es decir el niño quiere saber el porqué del inicio y el final de las
cosas; y si se presenta una oposición
autoritaria, se genera una inhibición para la investigación minuciosa, ocasionando que, inconscientemente, el niño
tema encontrarse con cosas que lo dañarán o
por otra parte miedo a tener que reconocer la falsedad de las ideas de
la autoridad.
Frases como "la curiosidad mato al gato", son reflejo de la
censura a la curiosidad y la existencia de una amenaza.
Este tipo de personas abrirán un camino a ese placer innato e
indomeñable de preguntar, en el mejor de los casos hará que actúe sólo sobre la
superficie. Identificamos al menos tres casos derivados de esta inhibición.
1. Personas que, aunque posean
el conocimiento de ciertos temas fracasan en los más profundos problemas de
ejecución.
2. Personas prácticas y
adaptables que aprecian las realidades
superficiales pero son ciegas para las más profundas y no puede distinguir
entre lo verdadero y lo dogmático.
3. Personas con miedo a
reconocer como falsas, las ideas que la autoridad impone como verdaderas.
Para el caso de perjuicio por amplitud, puede entenderse en dos tiempos.
En el primero la represión afecta el impulso de conocer, ligando así una
aversión a los temas "difíciles", "ocultos",
"complicados" generando una falta de interés. Ulteriormente, si el
niño ha superado cierto periodo inhibidor de su impulso por investigar, se
obstaculiza el interés por nuevas preguntas ocasionando que profundice solo en
pocos temas imponiendo ignorancia en los
demás. Aquí podemos encontrar a dos tipos de personalidades:
1. El investigador que dedica
toda su vida a un solo y especifico tema.
2. La persona culta que puede
ser hábil explicando algo muy específico de un tema al cual ha dedicado la
mayoría de su vida y ser muy torpe ante lo nuevo o lo cotidiano.
Klein siguiendo las teorías
freudianas , afirmará que el tema primario que se censura y se reprime alude a
las cuestiones de la sexualidad:
"El repudio y la negación de lo sexual y primitivo son las causas
principales del daño ocasionado al impulso de conocer y al sentido de la
realidad, y pone en marcha la represión por disociación."( Klein, 1921 pp.
35)
Se podría objetar que tal afirmación ya no es vigente porque parte de la
educación actual es hablar sobre la sexualidad. Y aunque celebramos ese hecho,
hemos sido testigos de que el esclarecimiento sexual no pasa solamente por una cuestión de
ignorancia.
Al hablar de sexualidad con los niños, puede ser que nuestro lenguaje
corporal, titubeos, signos de
inseguridad se trasmitan. A veces importa más la forma en como lo
decimos, que lo que realmente decimos.
No se trata de abrumar a los
niños con información, se trata de ser
honestos y respetuosos ante sus preguntas.
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